domingo, 18 de enero de 2009

Barrick Gold: El retorno de la Chonchona


Al Profesor Don Pedro Canales Tapia
por darme la oportunidad
de hacer Historia.


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"Cuando contaminen el agua, ellos se irán...
algunos del pueblo también se irán, pero
yo moriré en esta tierra"



Este quizás no sea un relato histórico al cien por ciento; solo es una experiencia que se vuelve contable. Vengo llegando del sector de Huasco Alto, reconocido como el “Valle de los Naturales” en otras épocas e incluso reconocido como tal hoy. La mayoría de la población de chile ha sabido por medio de algunos pestañeos noticiosos de este sector; reconocido por el caso Pascua Lama, proyecto de la empresa minera Barrick Gold. Sin duda golpes noticiosos impactantes pero que por sus carácter de noticieros funcionalistas y hegemonizados no han logrado penetrar o incentivar al cuestionamiento de lo establecido por las masas de población de este país.

Llegar al valle del Tránsito es alejarse de lo establecido, la gente es muy amable y se conocen entre ellos, tanto así que la noticia de nuestra llegada ya era conocida incluso por otros pueblos aledaños. La mayoría de la población tiene orígenes indígenas[1] y lo sabe. Apellidos como Tamblai, Huanchicay, Campillay. Quilatay, Cayo son originalmente indígenas, mientras que otros se han españolizado, como Ardiles, Santibáñez, Rojas, Torres y Villegas. Al principio la población se encuentra un poco resistente a nuestra llegada pues piensa que nos envían las mineras –en especial Barrick Gold- o el gobierno. Sin embargo a medida que pasan los días ellos nos saludan en las calles y se armonizan con nosotros, sin duda notamos que el caso Pascua Lama es un poco sensible, pero esto es motivo principalmente de lo que hacen las mineras en la zona. Las reuniones realizadas con la comunidad buscan comprar voluntades, en este sentido la población no está divida, la han dividido.

Mientras que la Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato los reconoce como pueblo indígena el 2006, da las facilidades para que el proyecto minero sea establecido sin problemas en la zona, y el lobby con la comunidad es espantoso, en muy poco tiempo comienzan a construirse carreteras, puentes, se invierte en edificaciones, en luz y en gestionar incluso; talleres de “manualidades indígenas”; pero sin incentivar el rescate profundo de su identidad ni invertir en proyectos relacionados con esto en educación.

Esta zona al ser reconocida como indígena, eran reconocidos también los diversos acuerdos sobre suelos comunitarios, debemos recordar con esto que los indígenas no tenían ese sentido de propiedad privada como si lo entendía el español. Por otra parte, los invasores no pudieron someter a estos pueblos, por ende se pactó con ellos, reconociéndolos como pueblo indígena.[2]

Para muchos el agua es vida y no quieren que su valle se muera solo por la ambición de las trasnacionales. Activistas internacionalistas, altermundistas, ecologistas, juntas de vecinos, estancieros, diaguitas, e incluso instituciones de la iglesia católica de base solidarizan en las movilizaciones, pero estas no son publicadas por los medios masivos. Algunos concuerdan en que si sus movilizaciones fueran más violentas o ejercieran la acción directa como la toma de predios –que fueron de todos- podrían llegar a los medios, pero aseguran que “no queremos ser criminalizados como al pueblo mapuche”.

Parece ser que las trasnacionales se dan la mano con las instituciones gubernamentales; ¿Con quién está el gobierno cuando la propia secretaria de una oficina de Barrick Gold es la nueva alcaldesa de la zona?, ¿Las instituciones gubernamentales están con la gente?, ¿Están con el pueblo Diaguita?. ¿Con quién está la autoridad si envía policías de Copiapó para detener las movilizaciones en la zona y no lo publica en ningún medio?, ¿A quién favorece el gobierno si algunas de las tierras usurpadas son asociadas a familiares del expresidente Alwyn?. La situación es catastrófica y la política de contención ejercida por las mineras y la alcaldía es aun peor.

Algunos comuneros de la zona del Tambo nos dicen “estamos acorralados por las mineras” y no están equivocados, es una zona de riqueza increíble pero las mineras se han adueñado de todo, al punto de cerrarles el paso a los crianceros que solían llevar animales hacia las montañas desde tiempos inmemoriales.

Han dividido a estancieros y diaguitas y se han aprovechado de su ignorancia en cuanto a tecnicismos citadinos, pero no han reconocido su sabiduría de campo. Los indígenas cuentan entre sus leyendas la aparición de un pájaro maléfico que viene a molestar a la población denominado Chonchona, en el siglo XXI este pájaro es auspiciado por el capital canadiense y norteamericano.

Creo que poder ver todo eso in situ abre los ojos, no puedo irme sin solidarizar con ese pueblo, tengo la firme esperanza que logren reconocerse, tomar conciencia de su historia, de que los han estafado, de que pueden reivindicarse y pueden romper con la hegemonía. Me voy de Huasco Alto con la idea de que queda mucho que construir, no podemos bajar los brazos ahora. Hay que volver.



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[1] Quizas la denominaría como “población Diaguita”, pero el Historiador Gonzalo Ampuero segura que esta población no estaría bajo esta denominación, sin embargo no dice bajo cual nombre se agruparía el pueblo indígena de esta zona.

[2] “[…] el español Jerónimo de Torres junto a un grupo de peninsulares, realizó en 1797 un Parlamento con nuestros antepasados. Esa reunión se efectuó en La Junta, el mismo lugar donde hoy se encuentra el Retén de Carabineros de la localidad de Alto del Carmen. En esa instancia se repartieron los valles. Así los españoles se establecieron en el río del Carmen. Nosotros, los nativos, nos quedamos viviendo en el valle del río El Tránsito que pasó a llamarse valle de los Naturales.” http://prohuascoaltinos.blogspot.com/2008/04/quienes-son-el-pueblo-diaguita-huasco.htm

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