jueves, 4 de septiembre de 2008

Formas de hacer Historia: del positivismo al neomarxismo.

Francisco VenegasProfesor de Historia
Magíster (c) Historia de Chile, ARCIS
“ Se afirma que la historiografía del siglo XIX se caracterizaba por ser narrativa, positivista, política y militar, de la elite, objetiva y basada en documentos escritos oficiales”[1]

Estas características han marcado fuertemente la historiografía nacional, construyendo lo que denominamos la Identidad Nacional, donde quienes hacen la historia son personajes virtuosos, relacionados con la construcción del Estado, una elite admirada y admirable, asociada con el progreso y la expansión del aparato estatal, manifestada en guerras y ocupaciones territoriales, donde estos “Héroes”[2] tienen una activa labor, políticos, extranjeros y especialmente militares, todos con bustos en las plazas de la capital y provincias, todos relacionados con eventos[3], con sus desfiles militares (aún en gobiernos civiles). En síntesis, estamos habituados a una historia contada a los pies de los monumentos, una historia muerta, que ya fue. Esta historia oficialista y estatizada, no es un capricho de los historiadores decimonónicos, ni tampoco una conspiración del Estado; responde a un contexto histórico. En los inicios de la historiografía nacional, cuando el naturalista Claudio Gay presenta en 1844 la primera “Historia física y política de Chile”, encargada por el gobierno del presidente conservador Manuel Bulnes, en una época donde un gobierno centralista y autoritario, pretende reforzar la identidad nacional, asociada al crecimiento del Estado, la historia positivista se convierte en una herramienta eficaz para estos objetivos. “El historiador del siglo XIX ayuda a construir la imagen fundacional de la elite, dicta las pautas de la historia oficialista”[4]

La historia del siglo XIX es construida por las personas que están en el poder y no necesariamente por quienes hacen la historia, cualquier intento por construir una historia diferente, alejada del positivismo estatal, es rápidamente anulada por el peso de un academicismo estatal amparado por la elite, representada por la Universidad de Chile[5], tal es el caso de José Victorino Lastarria, cuyo esfuerzo de crear una “Filosofía de la historia” fue constantemente socavado y subestimado por este academicismo, quienes valoraron su obra desde el punto de vista literario, pero que la despreciaron en su aporte histórico. Andrés Bello su mentor y principal critico afirmaba: “No hay peor guía que la filosofía sistemática, que no ve las cosas como son, sino como concuerdan con su sistema”[6] La doctrina de Lastarria es recordada como una anécdota en la historiografía nacional, muy pocos destacan su real importancia y su lugar en la historia oficialista es menor, casi marginal, el Estado con su eficaz engranaje se ha encargado de sepultar el sueño de este historiador:
“He aquí el motivo que nos ha inspirado la idea de historiar la marcha de nuestra doctrina, pues ella puede vindicar un puesto en el movimiento intelectual de nuestra América, y al sacarla del olvido, más nos mueve la honra de nuestras letras que el propósito de conquistar un lauro para nosotros”[7]

La historia tradicional ligada a los hechos y al positivismo, termina imponiéndose en un contexto histórico favorable, representado por la consolidación del Estado autoritario, donde la historia contada es la de los vencedores en Lircay[8]. Sus narradores comparten la metodología propuesta por el rector de la Universidad de Chile[9] y en sus obras construyen el perfil de la historiografía tradicional. Los eventos descritos representan nuestra historia clásica, a la ya mencionada obra de Claudio Gay, sumamos en esta misma línea, la magna obra de Diego Barros Arana[10] quien realiza un esfuerzo sistemático y detallado, en la búsqueda de fuentes históricas, tanto en el país como en España y Perú. Su obra esta directamente ligada a Bello, al Estado y en oposición a Lastarria: “Han nacido historias, llamadas vulgarmente filosóficas, con pocos hechos, que estos ocupan un lugar secundario y como simple accesorio, para la comprobación de conclusiones generales”[11]

La historia que inspira a los autores del siglo XIX, tuvo referentes europeos como Barthold Georg Niebuhr[12] y Leopold Von Ranke[13], quienes vinculan el discurso narrativo con un trabajo documental exhaustivo, teniendo el tema de la objetividad histórica como problema principal, objetividad que pretende estar presente en la historia de Barros Arana y sus contemporáneos. Llama la atención la relación contradictoria entre esta historiografía y el Estado chileno; por un lado esta historia se construye como apoyo a la identidad histórica del Estado centralista, con eventos que marcan los orígenes del aparato estatal y con héroes que son sus fundadores, sin embargo el propio Estado que estimula esta forma de hacer historia, no la financia y no la tiene entre sus prioridades, provocando que los historiadores de la época no se dediquen exclusivamente a la disciplina y muchos de ellos financian la publicación de sus investigaciones, poniendo en peligro su propia economía doméstica. El Estado es un padre que formó la historiografía nacional y la abandonó, pero el abandono no fue total, ya que creó instituciones académicas que ampararon a este Huacho, la Universidad de Chile y el Instituto Nacional, espacios donde aparecen varios historiadores conservadores como Ricardo Krebs[14], liberales como Julio Heisse[15] y de izquierda como Julio César Jobet[16]. Estas instituciones cobijaron la labor historiográfica de fines del siglo XIX y comienzos del XX, con el Estado como un mero observador, vigilante, opresor, pero pasivo en su financiamiento.

Durante el siglo XX y bajo la cobija de la historia positivista, encontramos dos realidades historiográficas, por un lado una historia descriptiva, basada en hechos objetivos y apoyados en fuentes escritas, donde sus autores son verdaderos eruditos y “ratones de biblioteca”, los que he denominado los “Sabios docentes”[17] y, por otro lado tenemos a los “Ideólogos conservadores”[18], quienes en sus letras no pretenden sólo dar cuenta de eventos. Su pretensión es mayor: quieren dar cuenta de su pensamiento e influir políticamente a través de ellos, estos ideólogos pretenden formar parte del Estado y como tal quieren construir una historia que se adapte a ese “Estado en forma”[19]. Entre los sabios docentes encontramos a José Toribio Medina[20], Guillermo Feliú Cruz[21] y Eugenio Pereira Salas[22], quienes hacen una historia descriptiva, basada en la recopilación bibliográfica, la formación de bibliotecas y archivos de fuentes; son los encargados de armar el sustento historiográfico para los futuros investigadores. Los ideólogos conservadores, son la antítesis de los ya mencionados; su herencia no son sólo sus investigaciones, sino que también su pensamiento político y como este articula su visión de Estado. Jaime Eyzaguirre[23], Alberto Edwards[24] y Francisco Antonio Encina[25], son los principales exponentes de la historia conservadora; se sienten parte de la aristocracia colonial y con ello depositarios de las raíces de la tradición elitista del país, creen y confían en la autoridad estatal, como reguladora de los vicios del pueblo. Su mirada es colonialista, basada en la elite y el desempeño de sus personajes señeros en la construcción del Estado y con sus obras arman una explicación funcional para entender las fortalezas y debilidades del Estado centralista.

“Desde 1930 a 1970 se inicia el concepto del historiador académico, con trabajos evaluados por sus pares, si alguno de ellos se dedica al ensayismo, solo es momentáneo, ya que lo más importante es la investigación historiográfica, la idea es que su trabajo sea publicado, circular dentro del medio”[26] En la segunda mitad del siglo XX aparece una historiografía academicista, con nuevas corrientes, donde la descripción de hechos no satisface al historiador, el cual siente la necesidad de profundizar en los procesos políticos, económicos y sociales que posibilitan la ocurrencia de los hechos, destacándose fundamentalmente en este contexto, la corriente estructuralista influenciada por los Annales[27], que se centra en el estudio de la economía y sociedad, destacándose autores como Álvaro Jara, Néstor Meza Villalobos, Rolando Mellafe, Sergio Villalobos, Armando de Ramón y Mario Góngora. Ellos representan una historia que se aleja de la descripción del hecho, aún en el plano del dominio estatal y de las elites, pero enfocados a los procesos de larga duración. Otra corriente destacada en esta época es la marxista clásica, la cual se asemeja a la estructuralista en la historia de las ideas y la descripción del mundo colonial, pero al escribir sus autores hacen una propuesta política, tienen un compromiso militante y conjugan el ensayismo con investigación empírica pura. A diferencia de la historia puramente estatal y elitista, los marxistas pretenden refrescar el estudio histórico, creando conciencia en las masas marginadas, el proletariado urbano principalmente, destacándose entre sus autores a Julio César Jobet, Luís Vitale y Ramírez Necochea; para ellos la única forma de revertir la historia centralista del siglo XIX, es promover un proyecto histórico protagónico del proletariado. Ambas tendencias, estructuralismo y marxismo, rompen con las formas clásicas de escribir la historia, conciben la investigación no como un relato de acontecimientos, sino como una problematización de dichos acontecimientos.

En la etapa previa al golpe militar de 1973, los estudios historiográficos vivían un interesante debate entre la historia tradicional que enaltecía al Estado y la historia de corte marxista que pretendían convertir al proletariado en protagonista de la historia, sin embargo el quiebre institucional que produce la intervención militar, genera una crisis en la historiografía nacional, donde todo lo avanzado en las diferentes corrientes, estructuralista, marxista y conservadora, se borra de un plumazo (o a punta de fúsil) volviendo a la historia del manual, que pretende ordenar al país en torno al militarismo y los símbolos patrios, funcionales al modelo de Estado neoliberal que se impone durante dictadura. Después de una etapa de oscurantismo intelectual, promovido por la represión del 73’ al 80’, aparecen un grupo de historiadores que publican en Chile y extranjero que pretenden retomar la ruta historiográfica, con la desventaja de escribir en dictadura, algo debilitada en el control social, pero eficiente en la consolidación del aparato estatal. Se destacan Sol Serrano, Cristian Gazmuri, Sofía Correa y Matías Tagle, quienes publican en la revista “Hoy”. En el extranjero y en calidad de exiliados, se reestructura la nueva historia social, un neo marxismo independiente de una gran teoría y abocado al estudio de las clases populares, recuperando la importancia del proyecto histórico popular. En Inglaterra se funda la revista “Nueva Historia”, donde se destacan Leonardo León y Gabriel Salazar; en 1985 este último vuelve a Chile y pública su obra principal “Labradores, Peones y Proletarios”, donde construye un discurso político que rescata a las minorías, ve al pueblo como el proletariado con conciencia de clase, con su identidad e historicidad, creando así su propio proyecto social. Con la llegada de la democracia pactada en 1989, la historia social de Salazar ha ocupado un lugar importante en la nueva historia, rescatando a grupos populares marginados de la historiografía, dando una nueva valoración a los acontecimientos y los sujetos.
__________________

[1] Apuntes clases de Historiografía chilena contemporánea, Marco Antonio León, 20 de Abril 2007.
[2] Hago clara referencia a la serie de Canal 13, que dramatiza acontecimientos tradicionales de la historia chilena y enfatizada la imagen de personajes como O´Higgins, Carrera o Rodríguez.
[3] Llamaré así a estos hechos que marcan el calendario o el imaginario histórico social, nacimientos, batallas o celebraciones “Patrióticas”
[4] Apuntes clases de Historiografía chilena contemporánea, Marco Antonio León, 20 de Abril 2007.
[5] Fundada en 1842 por el Venezolano Andrés Bello, al amparo del gobierno conservador de Manuel Bulnes.
[6] Modo de escribir la historia. Andrés Bello. “Opúsculos literarios y críticos”. 1845. p 107.
[7] Recuerdos literarios. José Victorino Lastarria. P 229.
[8] Batalla definitiva de la guerra civil de 1829, donde la clase Pelucona o conservadora, acaba con el proyecto liberal federalista, para continuar con el modelo de Estado colonial centralista.
[9] Andrés Bello presenta esta propuesta en su texto “Modo de escribir la historia” en 1845.
[10] Historia General de Chile, compuesta por 16 tomos, que terminó de escribir en 1902, demorándose 20 años en terminarla.
[11] Historia General de Chile. Diego Barros Arana. Prólogo. p VIII.
[12] Hombre de Estado alemán e historiador del siglo XVIII
[13] Historiador alemán, considerado el padre de la historia científica.
[14] Chileno doctor en filosofía con mención en historia en la Universidad de Leipzig Alemania.[15] Historiador constitucionalista.
[16] Marxista clásico.
[17] Todos relacionados con la docencia en el Instituto Nacional o en la Universidad de Chile.
[18] Vinculados a la política contingente y asociados al partido conservador.
[19] Concepto presente en la obra “La decadencia de Occidente” de Oswald Spengler
[20] Historiador chileno, publicó en su propia imprenta la “Colección de historiadores de Chile” y “Colección de documentos inéditos para la historia de Chile”
[21] Historiador chileno, discípulo de Medina, docente de la Universidad de Chile y con 500 publicaciones, entre las que se destacan el estudio de las fuentes históricas, el género biográfico y la historiografía.
[22] Historiador chileno, dedico gran parte de su obra a los estudios de las manifestaciones artísticas y culturales de Chile.
[23] Historiador conservador, que en sus escritos intenta el rescate del legado hispano.
[24] Historiador, ensayística y político conservador, creador de “La fronda aristocrática”
[25] Historiador y político conservador, creador entre otras obras de “Nuestra inferioridad económica”
[26] Apuntes clases de Historiografía chilena contemporánea, Marco Antonio León 15 de Junio 2007.
[27] Escuela historiográfica francesa fundada por Marc Bloch y Lucien Febvre.

sábado, 28 de junio de 2008

Leonardo León en el II Año Nuevo Indigena de Historia y Geografía.

Leonardo León Solís estuvo en la Universidad Pedro de Valdivia en la Segunda Celebración del Año Nuevo Indígena, quiero destacar que este evento parte desde la organización de los alumnos de Historia y Geografía, con la participación e idea del profesor Pedro Canales Tapia; que a potenciado de enorme manera la creación de este espacio como un espacio organizado por los alumnos y no por la institución, a diferencia de lo que cree el director de carrera, o al menos de lo que este planea… por lo mismo los alumnos de Historia y Geografía de la UPV abren este espacio como un sitio solidario con las muestras conmemorativas y reivindicativas de los pueblos históricamente postergados por la historiografía tradicional y por la sociedad pseudodemócrata imperante.

En este marco; gracias a una compañera de la ULS que asistió al evento; podemos ver algo acerca de la ponencia de Leonardo León.

Parte 1



Parte 2



Parte 3



Parte 4



Gracias a tod@s l@s que hacen posible estas actividades; no les temamos a quienes esperan apoderarse de lo nuestro, ni siquiera a es@s conservadores cartuchos que ven nuestras actividades artisticas y conmemorativas como algo "rústico"... la conmemoración es nuestra, cuidemos los espacios creados.

Abrazos Fraternales!!!!!!!
Pd: Gracias a la compañera que facilitó el video.

jueves, 26 de junio de 2008

Las “Mamitas” Populares: El Rol de las mujeres pobres en Chile del Siglo XIX.

Por Franco Giordano*

En el siguiente ensayo se abordará, desde los ojos del análisis historiográfico, el rol de las mujeres en el siglo XIX. Esto se deja ver casi “entre líneas” en el trabajo del premio nacional de Historia, Gabriel Salazar, cuya publicación lleva por nombre “Ser niño ‘huacho’ en la historia de Chile (Siglo XIX)”; de este trabajo se puede entrever el rol y forma de vida de las niñas “huachas”, las “mamitas” pobres, tanto campesinas en la hacienda como integrantes de los crecientes barrios populares de las ciudades.

Las mujeres en el mundo actual parecen avanzar hacia un equilibrio de actividades realizadas a la par con los hombres; o al menos pretenden con ansias lograr equiparar siglos de discursos machistas o misóginos. Sin embargo; la historia pareciera repetirse, o quizás mantener características estructurales en esta materia. A pesar de que este trabajo no tiene las características suficientes para estudiar este problema, deja el tema abierto, sin embargo podemos revisar el pasado, las características del siglo XIX referente tanto a la hacienda como en el espacio más urbanizado, nos dejan una duda inmensa en esta materia; ¿Cuál es el rol de las mujeres pobres, de esas “mamitas” de barrios populares o sectores rurales durante el siglo XIX?. Recordemos a Salazar cuando habla de los niños “huachos” preguntándose “¿era mamá una puta, o no?[1]. La respuesta es amplia.

Ante mi pregunta mi respuesta tentativa es que el rol de esas mujeres corresponde a un sector postergado; a pesar de tener un rol importante para la familia tanto de la Hacienda como de los sectores populares urbanos; el sexo femenino se ve pormenorizado e incluso atacado por los hombres. Esta violencia de genero a mi parecer; trasciende el siglo XIX.

Gabriel Salazar habla de que el papá de los niños “huachos” de los sectores rurales dominados por la Hacienda (Peón, Gañan) eran sujetos que “andaban la tierra”, “entonces había que hacerse la idea de que papá no era sino un accidente”[2], por otra parte; estaban los Inquilinos, que cumplían el rol de “buenos padres”, personas que habían logrado una posición un poco mas estable; sin embargo el papá inquilino tenía características autoritarias y “sabe perfectamente que no puede impedir que [los patrones] ejerzan su derecho de meterse a nuestro rancho y de chacotearse con las niñas”[3]. En ambos casos el rol de la mujer es postergado; para el Peón la mujer representa alguien de paso, para el Inquilino una acompañante a la que puede mandar autoritariamente y que frente a las acciones del patrón debe acatar ordenes como él.

Por otra parte tenemos la consecuencia de la reacción de los “futres” (mercaderes, jueces, curas o militares) frente a los pequeños empresarios populares (parcelero, chacarero, pirquinero) pues en estos casos en que condenaban con patentes y deudas a ese papá microempresario, “emprendedor” popular y lo obligaban a arrancarse, las “mamitas” populares quedaban solas con 7 u 8 hijos. Algunas veces esta mujer sacrificada lograba obtener un pequeño rancho que no generaba lo suficiente para vivir “así que, de todos modos, tenía que salir a lavar ropa, o convertir su rancho en una chingana o fonda, para incrementar sus ingresos”[4] este tipo de vida no tardaba en tornarse violenta y la visión del Estado, los párrocos y la propia jerarquía de la Hacienda condenan esta consecuencia de “prostitución”, con toda la fuerza despectiva que implica el concepto.

Después de 1860 la situación cambia en cierto sentido, las industrias crecen y las familias pobres comienzan a poblar los cordones populares de las ciudades. La industria posibilita una vía de escape para las “mamitas” populares frente a esa “servidumbre perpetua en que se hallaban sumidas”[5] y así “dignificar su vida” y emanciparse. Las cosas parecen avanzar y las mujeres comienzan a sentirse mas a gusto hasta que “su afán de liberación fue mal visto por los “amos”, que; en el Congreso Nacional, calificaron con sorna esa lucha como el nuevo camino de su endémica prostitución”[6], en esto podemos extrapolar que las mujeres no podían cambiar su condición de “acompañamiento” o su rol inferiorizador de “prostituta” aun si estuvieran viviendo en sectores rurales o en la ciudad, para las “mamitas” pobres la situación no cambiaba.

En la ciudad, las familias populares habitaban los conventillos; en esto lugares la violencia ya no era contra los párrocos o contra la policía; era entre los mismos integrantes de la familia, aquí el alcohol y la pobreza llevaban a la cúspide la crisis de ese incipiente proletariado. La mujer era golpeada por quien era su padre o su marido y muchas veces violada. Estas mujeres pobres, además de estar rodeadas de mucha violencia, tenían otra característica; eran muchas. En un “informe presentado a la Asamblea de Santiago por Don Manuél Pérez, Don Isidro Errazuriz y Don Pedro Félix Vicuña, […] denuncia de modo taxativo; ‘cuasi todo el sexo débil… se prostituye y se consume en forzada inacción’. […] Debemos actuar con severidad ejemplar, porque esa gente está atacando el sagrado derecho de propiedad, la familia decente, la majestad de la ley y la autoridad suprema de la Nación”[7]. La mujeres pobres seguían siendo maltratadas, postergadas y criminalizadas.

Para concluir podemos decir que esas mujeres, esas niñas, esas señoras, esas “mamitas” de sectores pobres fueron “acompañamiento” de los hombres y al mismo tiempo eran maltratadas como “prostitutas”. Esta violencia descarnada que se dio en la Hacienda las fue postergando y a pesar de que en este periodo hubo un cambio potente en la migración campo-ciudad provocada por la industria, para las mujeres no cambiaron mucho las condiciones. Esto me deja una pregunta más amplia; si en la edad media, las mujeres eran calificadas de brujas y quemadas en la hoguera de la inquisición y en el siglo XIX fueron tratadas de prostitutas; ¿Cómo son tratadas en la actualidad? ¿Cuál es el avance?, el debate queda abierto.

-----------------------
* Estudiante de Pedagogía en Historia y Geografía, V Nivel, Universidad Pedro de Valdivia.
[1] Salazar, Gabriel. Ser Niño “Huacho” en la historia de Chile (Siglo XIX). Editorial LOM. Reimpreso 2007, Pág. 41
[2] Ibíd., 21
[3] Ibíd., 26
[4] Ibíd., 40
[5] Ibíd., 43
[6] Ibíd., 44
[7] Ibíd., 51

sábado, 21 de junio de 2008

We Tripantu 2008


Año Nuevo Indigena - We Tripantu

- Comunidad Indigena Coquimbo
- Historiador Leonardo León Solis
- Actividades del Alumnado
Martes 24 de Junio
... desde las 10 de la mañana...

Lugar: Biblioteca de la Universidad Pedro de Valdivia
(4 esquinas con la carretera)

entrada liberada

Organiza: Alumnos de Pedagogía en Historia y Geografía

Esta es una fiesta en conmemoración del solsticio y concordante año nuevo indigena, hay que recordarle a toda esa gente de estirpe conservadora que los indigenas estan allí, existen y no son una "cultura originaria" solamente que "ya se extinguió" ell@s siguen aquí peleando por su autonomía....

a la memoria de Alex Lemún
a la memoria de Matías Catrileo

un saludo fraternal a todos los pueblos indigenas reprimidos por el dominio de asimilación occidentalista!!!... el llamado es a continuar en la reivindicación!!!

NO TE PIERDAS ESTE EVENTO GRATUITO!!!!

sábado, 31 de mayo de 2008

Una Democracia Totalitaria: Inscripción Automática y Voto Voluntario.


En estos tiempos esta muy en boga el temita recurrente de la “Inscripción automática” y el “voto Voluntario”. Actualmente solo un 9% del padrón electoral son jóvenes, mientras que en 1988 existía un 37% de población joven que votaba. Para entender esto es obvio que debemos recordar que para 1988 gran parte de la población quería “sacar al tirano” a como de lugar antes de analizar un proyecto político en profundidad, de todas maneras; no podemos no mencionar que los jóvenes se organizaban –las condiciones lo ameritaban incluso hasta nuestros días- y engrosaban las filas de las organizaciones de la izquierda como el MIR o el MAPU, o organizaciones estudiantiles como el COEM. A esto sumamos a toda esa población que se interesaba por un proyecto político “democrático” y que tuvo que pactar –o aceptar- las reglas del juego que instauraba el gobierno militar de Augusto Pinochet, de esta manera se instauraba nuevamente en la historia de la oligarquía de este país una política de contención que pretendía dar algunas regalías al creciente descontento –nacional e internacional- para que ‘el pueblo no explotara’.

De esta manera; se instaura un sistema democrático binominal que debe aceptar las reglas de la constitución preparada en dictadura. Lo increíble es que el poder corrompe y a pesar de que al principio el arcoiris del ‘No’ parecía contar a todas y todos con el tiempo se fue desgastando; tal como propugnan las convicciones iniciales de las teorías anarquistas; una persona con poder solo quiere mas poder y se olvida del pueblo, esto ocurre con una coalición completa y con una clase política completa alejada de sus bases y negociando constantemente con una oligarquía para integrarla.

Con el tiempo; esta clase política tiende a defender el proyecto y preparar la manera de continuar gobernando; en esta lógica es comprensible una “inscripción automática”; ahora, ¿por qué los jóvenes no están votando?. Tanto la Alianza como la Concertación deben plantearse en algún momento de sus ‘atareadas agendas’ esta pregunta y quizás muchas veces le hicieron caso a esos programas “juveniles” de la TV –que también son controladas o por el estado, por el empresariado o por la iglesia- donde muestran a un tipo que le importa mucho carretear y responder a esta pregunta con un acomodado “no estoy ni allí con la política”. Señores dirigentes; ¿qué pasa en la calle?; la verdad es que una gran parte de los jóvenes –no podemos hablar de tod@s eso sería ser tan totalitario como esta democracia- esta interesado en la política pero entendiendo esta “política” como ‘forma de organización’ y no como democracia impuesta ni “modificable desde adentro”, de hecho no se sientan a esperar que sigan creciendo los votos nulos o blancos en los escritorios de los gobernantes y prefieren hacer ‘política’ en sus entornos, en la calle, en la marcha, en las poblaciones, en las escuelas, en sus piños. Sé que muchos de los defensores de la consigna de la “inscripción automática y el voto voluntario” argumentaran ante esto con un común “pero si los jóvenes quieren otra organización, cámbienla desde adentro de la democracia”. Para muchos no es la manera; ya no confían en un sistema que comúnmente los trata con la peor violencia del discurso como lumpen, encapuchado, delincuente o terrorista. A estos e suma el hecho de que sus modos de organización no se acoplan con la democracia ni son pensados como modelos totalitarios, y así llegamos a este punto; la democracia establecida por la ley es una idea totalitaria; es pensada para que gobierne a tod@s y por tod@s –al menos en la teoría- y no para que gobierne a l@s que quieran ser gobernad@s. en este sentido gran parte de l@s jóvenes –insisto que no podemos hablar de tod@s- abrazan ideas anarquistas o de otra índole que no pretenden ser impuestas para tod@s, sino que para l@s que quieran estar dentro de sus proyectos.

Esto es lo que la clase dirigente ve con malos ojos; y es obvio que lo vean así; se desarma su estructura impuesta por años de sustentabilidad en estos proyectos; por lo mismo pretenden enganchar a l@s jóvenes con estas políticas de inscripción y voluntariedad de la votación; darle ciertas facilidades a l@s jóvenes para que vean el proyecto como algo ideal y posible; solo para perpetuar el sistema que a demostrado estar más que obsoleto y en decadencia, lo más irónico es que para el primer centenario chileno la oligarquía que era la clase dirigente se presentaba en decadencia y obsoleta frente a una crisis social inmensa, por otra parte surgían con mayor estabilidad las organizaciones populares con gran potencia en las ideas ácratas antes que las democráticas, sin embargo frente a esto; la oligarquía comenzó con sus mismas políticas de contención negociando solo con los obreros organizados democráticamente. Nos acercamos al bicentenario; y el sistema no se sustenta con una clase política en decadencia que busca de que manera enganchar a las nuevas generaciones de este barco que se hunde.

De esta manera hago un llamado a l@s jóvenes a seguir pensando por si mism@s y nunca obligar al otro a pensar como un@, no caigamos en esos totalitarismos; hemos demostrado ser una fuerza política intensa entendiendo el termino “política” como “organización”, mientras que la democracia binominal la entiende como “dominación”.

sábado, 17 de mayo de 2008

A La CALLE!!!!




La Alianza con la Concerta a mano estrecha deciden...
el que hacer de un país que no representa más que ala cúpula...

- fin al LUCRO de las universidades que reciben fondos estatales!!!
- Abajo la LOCE y la LGE!!
- NO al alza de precios en el pasaje escolar que decidieron establecer
los empresarios del transporte!!!
- PASE ESCOLAR LOS 356 DIAS DEL AÑO, DURANTE LAS 24 HORAS DEL DIA!!

por lo mismo...a informarse... leer para luchar!!!


ULS en toma, UCN en paro, secundarios
iniciando tomas y movilizandose....

ESTUDIANTES A LA CALLE!!!!!!!!...
el descontento crece,la organización se fortalece!!!...

Abrazos Solidarios!!!!!

lunes, 14 de abril de 2008

Ciclo de Cine – El Otro Cine

Para tod@s l@s alumn@s de la Universidad Pedro de Valdivia.

Desde el lunes 21 al viernes 25 de abril se desarrollará un ciclo de cine que lleva por idea presentar algunos pocos films dedicados a retratar un enfoque que no suele salir en películas “holiwodenses” o de índoles poco sociales; por lo mismo este ciclo de cine pretende llevar ante sus ojos films dedicados a la crítica social, el activismo y por supuesto la propaganda de un cine libre y de crítica. No el cine comercial que comúnmente logra mantenernos en un estatismo básico y total…

Por favor; ve el video e infórmate al respecto de fechas, horas y films….
… El evento es Gratuito…



Abrazos Fraternales!!!!